Cuando la diversidad es excepcional

Sara Pacheco

Con una sonrisa y uniforme vinotinto, llega puntual Tito Maduro. El suave tono de su voz, invita a una larga conversación. Su escenario: el gimnasio de fútbol sala del Complejo Deportivo Bicentenario Simón Bolívar, en Naguanagua, con dos arquerías, diferentes a todas las conocidas, nueve metros de ancho y 1,30 de largo. Su instrumento es un pito. El resultado incluye a seis vigorosos hombres con capacidades diferentes, listos para mostrar su rutina transformada en algo fuera de lo normal para los ingenuos, indoctos del Goalball.

Está dirigido únicamente a personas con deficiencia visual. Consta de tres jugadores por equipo protegiendo una arquería. Un balón con campanitas dentro, guía a los protagonistas. Trozos de tirro en el piso marcan su posición. Tito tiene 20 años dedicado al entrenamiento de este deporte, presente en el país desde el año 1981.

Lleva 30 años ininterrumpidos en el deporte especial. “Duré 18 con el baloncesto en silla de ruedas, de los cuales logre 22 campeonatos nacionales para el estado. Quedé como el entrenador con más triunfos y títulos obtenidos. Como los atletas ciegos estaban desasistidos, me cambie de disciplina”, expresó mientras al fondo se desarrollaba el entrenamiento final de cara a los segundos juegos paranacionales. Carabobo es el actual campeón en Goalball.

Maduro es especialista en deportistas con capacidades diferentes. Su infancia la pasó al lado de un invidente en la comunidad donde creció y reside actualmente, La Bocaina, al sur de Valencia. Su madre y abuela vivían con discapacidades motoras. Su hermana menor tiene discapacidad intelectual. No fue casualidad que viajara en el año 86 a Colombia, buscando su especialización.

Sin embargo, el primer contacto preciso ocurrió meses antes en Venezuela. En el gimnasio Teodoro Gubaira, mientras hacía un curso de primeros auxilios se desarrolló una práctica de baloncesto en silla de ruedas. Luego de pasar por tercera vez el balón al entrenador, Manuel Linares, decidió pedir permiso para ayudarlo.

Los deportes para personas con diversidad funcional no son comunes ante los ojos de la sociedad. Por ello, Tito, mejor conocido como “El Abuelo”, busca cualquier oportunidad para realzar el esfuerzo de estos atletas, especialmente porque hay quienes no se atreven a formar parte de alguna de estas familias.

Fotografía: Saúl Zerpa

El Carabobeño

Deja un comentario